Microsoft ha aprovechado su conferencia en la feria de videojuegos E3
(Electronic Entertainment Expo) de Los Ángeles para presentar Project Scarlett,
el nombre en clave bajo el que se esconde su futura consola, pero
también la visión que la compañía tiene del futuro del ocio electrónico.
Coincidiendo con el evento más importante dentro del sector del
videojuego, el gigante estadounidense no tan solo ha ofrecido los
primeros detalles sobre este nuevo hardware, sino que ha anunciado que
su lanzamiento tendrá lugar a finales de 2020, una fecha que podría
coincidir con la llegada de la próxima PlayStation, y que para muchos marcará el inicio de la nueva generación de consolas.
Así como en otros ámbitos de la electrónica de consumo es habitual la
aparición constante de nuevos dispositivos —solo hay que ver las
revisiones anuales de los smartphones—, en el mundo del videojuego el salto de unas consolas a otras sigue teniendo algo de sagrado.
Una generación de consolas puede durar de media unos cinco años y,
aunque últimamente Microsoft ha pregonado la idea del fin de las
generaciones, desde la óptica de los aficionados y de la propia
industria, el cambio que supone la llegada de nuevas consolas se sigue
viviendo con una gran expectación.
Entre las promesas tecnológicas de la nueva consola de Microsoft está el hecho de que será cuatro veces más potente que su antecesora, la Xbox One X.
Esta mayor capacidad de proceso le permitirá ser compatible con
resoluciones 8K, ofrecer una mayor fluidez de imagen (120 frames por
segundo) y reducir considerablemente los tiempos de carga gracias a un
disco duro SSD de nueva generación. Asimismo, no cabe duda de que los
juegos en la nube y los servicios de suscripción serán otro de sus
pilares.
Más allá de las especificaciones técnicas, el máximo responsable de la división de videojuegos de Microsoft, Phil Spencer, ha querido dejar claro que Project Scarlett “será una máquina construida, diseñada y optimizada para una única cosa: jugar”. Se trata de una importante declaración de intenciones frente a las críticas que el gigante informático recibió en 2013, cuando presentó Xbox One como una consola con una clara vocación multimedia. Seis años y una generación después Microsoft lleva tiempo desafiando las leyes del mercado con su tarifa plana de juegos Xbox Game Pass, tiene su prometedor servicio de juegos en la nube xCloud, y desde este E3 una nueva y potente consola centrada en los juegos. Microsoft ha tomado nota y parece que esta será su apuesta para el futuro de los videojuegos.
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